Vivimos unos días de incertidumbre y duda en los que sólo nos llegan malas noticias a través de la televisión y de los móviles. Desde nuestro enclaustramiento forzoso,  todas estas noticias parecen un poco lejanas, de otro mundo, pero siempre hay alguna que nos afecta en sobremanera.
Ayer nos enteramos por el telediario que una enfermera del Hospital de Galdácano había fallecido víctima del Coronavirus. Nos apesadumbró la muerte de uno de esos soldados que luchan en la batalla contra esta enfermedad.
Lo que ayer era un frío número, hoy se ha convertido en una tragedia personal. Nuestra querida Encarni, socia de la Sociedad Montañera desde hace muchos años , falleció en la primera línea de esa desigual batalla que libran médicos y sanitarios. La línea que separa el número frío de la tragedia es muy tenue. Hoy lo hemos comprobado. Encarni siempre tenía una sonrisa en la boca. Amable y dulce, nunca le vimos una mala cara. Era una de esas personas que ofrecía paz a manos llenas con su sola presencia.
Te recordaremos no solo por tu ausencia sino por tu sacrificio.